Toluca, Estado de México; 23 de junio de 2021.- El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó el informe “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”. En este documento, el organismo internacional advierte que la región padece de una “trampa” por la desigualdad y bajo crecimiento.
Así, en América Latina y el Caribe, región de grandes contrastes, la riqueza y la prosperidad coexisten con la vulnerabilidad y la pobreza extrema. Además, una de sus características es un crecimiento muy volátil y, en promedio, bajo, explicado por una productividad muy baja.
Este Informe Regional de Desarrollo Humano sostiene que tanto la alta desigualdad como el bajo crecimiento son dos fenómenos que interactúan en un círculo vicioso que limita la capacidad de progresar en todos los frentes del desarrollo humano. Además, ambas características podrían quedar inalteradas a pesar de décadas de progreso, mismo que podría desaparecer debido a la pandemia de Covid-19.
Este no es un hallazgo nuevo. Este fenómeno está bien documentado en la región. Un cuerpo rico de investigación ha explorado los diferentes canales a través de los cuales la alta desigualdad y el bajo crecimiento se refuerzan mutuamente”, indica el informe.
Las múltiples crisis de la pandemia del Covid-19 han pesado más sobre los que ya se habían quedado atrás, exacerbando aún más las desigualdades a lo largo de 2020 y 2021. Incluso, en el ámbito de la educación, la pandemia podría ampliar aún más las brechas en la región.
Los impactos desiguales de la pandemia sobre los estudiantes son uno de los más preocupantes en relación con las tendencias de desigualdad a largo plazo. Los cambios hacia métodos remotos de enseñanza y aprendizaje han estado marcados por las disparidades preexistentes en el acceso a herramientas tecnológicas y académicas en el hogar, así como por disparidades en el apoyo al aprendizaje por parte de las madres y los padres, incluidas las disparidades en sus niveles educativos”, indica el reporte.
Cabe destacar que, antes de la pandemia, América Latina ya era la región con menor movilidad educativa intergeneracional, el nivel de escolaridad de las personas adultas sigue estando fuertemente determinado por el nivel de escolaridad de las madres y los padres. Es probable que el Covid-19 refuerce aún más este patrón.
Entretanto, la violencia sigue siendo demasiado común para muchas personas en países de América Latina y el Caribe. La región alberga solo al 9 por ciento de la población mundial, pero actualmente representa el 34 por ciento del total de muertes violentas.
Los países de esta región también luchan contra formas de violencia no letales, incluida la violencia sexual, los robos, el abuso policial y la trata de personas.
El PNUD advierte que la mayor desigualdad puede fomentar las condiciones para mayores niveles de violencia pues esta última también está vinculada a un menor crecimiento económico.
Puede reducir y distorsionar la inversión al generar incertidumbre sobre los derechos de propiedad, afectar la formación de capital humano y, por tanto, la productividad, y destruir el capital físico y natural”, indica el reporte.